¿Pos… qué demoños le enseñaron en la escuela?

 

Ayer, mientras veía fragmentos entrecortados de Star Wars III: La Venganza de los Sith, terminé por darme cuenta de qué es lo que me molesta tanto de esa película. Antes, pensaba que lo que me molestaba era ir viendo cómo la trama llevaba inevitablemente a su destino, sellado en 1975, por más que los buenazos de los jedi trataran de malograr las acciones del senador enfermo de poder. Pero no. No es eso en absoluto lo que me molesta. Es otra cosa. Algo mucho peor.

 

Hay una escena conmovedora en que Obi-Wan-Kenobi (nuestra única esperanza) le dice a su joven padawan: "Has aprendido mucho. Eres sabio, eres fuerte." Nosotros nos quedamos pensando que, para que un severo maestro jedi le diga tan elogiosas palabras a su pupilo, ¡deben ser ciertas! a partir de ese momento, consideramos, para no contravenir el criterio de Obi-Wan, que Anakin es sabio. Y fuerte, pero, sobre todo, sabio.

 

Y luego va resultando que no. Es más wey que los anuncios de productos para trapear el piso. Se deja embaucar a la primera de cambios por el senador ambicioso, y le cree cada maldita palabra que sale de su putrefacta boca: que si Padmé está bien malita, que si los jedi se volvieron traidores, que si el maestro Windu es bien intrigoso, que si nomás él, como emperador, podría deshacer tan enredado entuerto… todita se la traga el Anakin. Como televidente mirando el noticiero de las 9.

 

Tons, uno piensa: a ver, a ver, reflexionemos… el escenario que se nos plantea es el de grupos humanos y otros humanoides, con una civilización super avanzada. En ese escenario, destacan los jedi por ser los más sabios, los más chidos y los más disciplinados. Anakin destaca por ser un aprendiz aventajado. Su maestro, pocas escenas antes, se deshizo en halagos con respecto a sus progresos en sabiduría y fortaleza… y resulta que el chamaco se deja convencer por el primer argumento tonto, pobremente expuesto, y lo cree sin la mínima sombra de duda. Pasa a ser un ferviente seguidor fanatizado de un líder carismático que utiliza sus piezas para sus personales, egoístas y megalómanos fines (cualquier semejanza con cualquier situación de la realidad, es pura mala leche mía)… En fin; medio nos dejamos convencer del hecho de que el animalito estaba obnubilado por el amor-dolor que le inflingía en ese momento su relación con Padmé… digamos que francamente ofuscado. Pero las dudas vuelven a nuestra mente, como las deudas sin pagar:

 

¿Pos a qué escuela fuiste, Anakin? ¿dónde está tu juicio, dónde tu pensamiento crítico, dó tu dignidá? ¿Era pura piña lo que te dijo tu maestro? ¿nomás te alababa huecamente porque sabía que eres influyente? ¿La sabiduría no debiera incluir, como parte del kit básico, la capacidad de darse cuenta de las situaciones globales, y de no dejarse llevar por el punto de vista único de un maniaco insaciable? ¿De haber tenido una relación más comunicativa con Padmé, hubiera ocurrido todo el trágico desenlace? ¿Será que un grupo humano (y humanonide) tecnológicamente avanzado puede serlo sin tener conjuntamente conocimientos avanzados de lógica, filosofía, y política? ¿por qué escribe Lazarus de tan mundana y estúpida cuestión?

 

Tantas preguntas y tan pocas respuestas. Sólo sé que no me gusta el sistema educativo de la época de Star Wars I, II, III. Pero se ve que echando a perder se aprende. Al pequeño Luke nunca le dijo Obi-Wan que era sabio, y sin embargo él sí supo sacar los acoyotes de la lumbre.