Línea 2 del metro

Hace unos días me di cuenta, y me pareció fantástico: resulta que en la línea 2 del metro de la Ciudad de México metieron unos trenes que no tienen separación entre vagones, sino que, gracias a unos pequeños túneles elásticos, tienen un solo "vagón" gigante que va de principio a fin. Lo fantástico no es eso, sino el hecho de que, si te subes a uno de esos trenes y las ventanas están abiertas (en días calurosos no puede ser de otro modo), puedes percibir el aire llendo del frente hacia atrás cuando el tren arranca ¡y luego llendo de atrás hacia el frente cuando frena!.
Me pareció muy interesante porque por primera vez pude figurarme al aire como una masa que sigue las mismas leyes físicas que los objetos sólidos o líquidos. Cada estación sentía cómo el aire se iba para atrás cuando arrancábamos y para adelante cuando frenábamos. igual que una canica gigante. ¿No habrá modo de que den clases de física en el metro?
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Una respuesta a Línea 2 del metro

  1. La Piedra dijo:

    Eso que tú tan naturalmente has observado es una de las mil y una cosas que se pretenden enseñar y seguir estudiando usando el túnel de viento, doctor. En mis años de estudiante me topé de frente con la dificultad de internar los conocimientos relativos a áquellos fenómenos que no lograba palpar. No era fácil entender a través de modelos matemáticos lo que los sentidos no lograban capturar de manera natural. En México me topé con un Maestro, el Dr. Eulalio Juárez Badillo, que nos platicó en clases de Mecánica de Suelos I, que a él le ocurría exactamente lo mismo hasta que descubrió la magia de los ejemplos. Sus clases eran fascinantes, nos decía como Barney: "Usen la imaginación, changuitos". "Siéntanse arcilla". "Métanse al consolidómetro durante dos días". ¿Ya sintieron? ¿Les duele la espalda? Bueno, eso mismo siente la arcilla.
    Ja, ja, ja, fue el mejor maestro que he tenido en mi vida, con él aprendí a aprender y a enseñar. Creo que tú tienes el mismo don del Dr. Juárez Badillo. Sigue cultivándolo, doc. ¡Por cierto! A él también le gustaba Mafalda y nos la leía en clases, ja, ja, ja, para asombro de muchos, aunque usted no lo crea.
     
    Más abrazos;
    La Piedra

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