Los niños y la alegría

Hoy, uno de los lunes más desesperanzadores del año (porque es el primer lunes de regreso a clases, y de regreso al trabajo para mucha gente, porque amaneció gris en la Ciudad de México, porque había mucho tráfico y poca gente considerada), me tocó ver por la ventanilla del trolebús a una señora cabizbaja que llevaba de la mano a una niña que iba brincando y saludando a la mañana como si fuera el día más feliz de su vida.
 
Me quedé pensando que así como los adultos somos el modelo para los niños, en muchas cosas (modelo de educación, de comportamiento, de trabajo, de lenguaje… hasta de juegos) los niños deberían ser nuestro modelo de alegría. Deberíamos ser capaces de alegrarnos como un niño.
 
Tal vez la razón por la que existe la muerte es para poder renovar la materia de manera que vuelva a sentir la alegría como la siente un niño.
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Una respuesta a Los niños y la alegría

  1. Diana dijo:

    Caray, creo que andamos conectados, doctor, pensando más o menos la misma cosa.  Los niños se alegran con poco, doc. Dicen que la verdad nos hará libres. Por otro lado, mientras más cosas "conocemos"(¿?) más atados vivimos. Ejemplo: un niño se come una galleta habanera con mermelada de fresa y es totalmente feliz. A nosotros, en cambio, nos remuerde la conciencia porque sabemos que eso no alimenta, no nutre, sólo engorda, etc, etc, etc. Y ahí vamos complicándonos la vida y amargándonos el bocado de galleta con mermelada. La primera frase en negritas está en La Biblia, la segunda es vivencia pura. Me pregunto: ¿De veras lo que conocemos es la verdad? ¿Nos hace libres o nos esclaviza?
    Sí, doctor, hay que morir para volver a nacer del espíritu, algún sentido ha de tener la muerte física y todo el dolor que acarrea a los que quedamos. Los niños y los muy ancianitos, ambos cercanos al origen (a la no vida material o lo que entendemos por muerte o no existencia física) tienen una manera muy chida de ver la vida, una sabiduría que parece teledirigida por algo superior (su naturaleza, tal vez: pura, deslastrada, esencial y divertida). Perdona este cúmulo de incoherencias, es que me revolotean en la cabeza como mariposas. Quizá algún día las conecte en una idea de cuatro líneas, por hoy me conformo con la alegría de poder soltarlas a volar como les de la gana.
     
    Abrazos grandes, amigo.

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